Como el pato de la boda. Así se sienten los ganaderos chilenos en este momento.

Argentina decidió mostrarle hace unos días los dientes a Brasil y reconquistar el mercado chileno.

El interés trasandino queda claro al conocer el tamaño del "trofeo" en disputa: Chile importó en 2003 cerca de US$ 240 millones en carne de vacuno.

Eso sí los contendientes son verdaderos pesos pesados. Brasil se adjudica ser "o maior exportador de carne bovina do mundo", con los casi US$ 2.000 millones en envíos que alcanzará este año. No por nada su masa ganadera llega a 198 millones de cabezas. Argentina no lo hace mal, sus exportaciones suman US$ 700 millones y cuenta con cerca de 50 millones de cabezas.

Para tener un punto de comparación: este año Chile exportará cerca de US$ 50 millones y cuenta con 3,5 millones de animales.

Entre los productores nacionales se especula que un eventual choque entre cariocas y trasandinos podría hacer que el reciente zarpe de las exportaciones chilenas termine en un prematuro naufragio.

La preocupación de los productores chilenos comenzó hace dos semanas cuando los argentinos decidieron "tirar toda la carne a la parrilla" e invertir cerca de 120 millones de pesos para recuperar su sitial en Chile.

Los trasandinos inundaron Santiago con una campaña publicitaria que incluye carteles callejeros y avisos en la prensa que llamaban a preferir la carne del otro lado de los Andes. Su objetivo inmediato: retomar las exportaciones por casi US$ 130 millones que tenían en 2001, año en que el gobierno chileno prohibió la importación argentina por la detección de un foco de fiebre aftosa.

"Chile es muy importante para nosotros, llegó a ser nuestro segundo mercado y nos permitía vender cortes que no podíamos llevar a Europa", explica Arturo Llavallol, presidente del Instituto para la Promoción de la Carne Vacuna Argentina.

En términos simples, la pretensión significa desalojar del mercado chileno a los productores brasileños. Pero la tarea no se ve nada fácil.

En sólo tres años los productores amazónicos se transformaron en responsables del 86% de las importaciones chilenas. En términos de dinero, sólo entre enero y octubre de 2004 Brasil envió a Chile exportaciones por US$ 170 millones.

La receta para el éxito brasileño es simple: precios menores a los rioplatenses, entrega de largos plazos de pago para los compradores chilenos y un alto volumen de producción que les permite ofrecer en forma casi ilimitada los cortes precisos que demanda Chile.

Temor ganadero

Las señales de alarma por la campaña argentina suenan fuerte en el ambiente ganadero chileno pues se especula que puede derivar en una guerra de precios entre los brasileños y argentinos que termine por dañar la producción nacional.

Ante el temor sectorial, Octavio Sotomayor, director de Odepa, le pone paños fríos a dicha especulación.

"Es difícil que el ingreso de Argentina afecte los precios internos, ya que la carne de Brasil ingresa con precios 7,6% más bajos que los trasandinos", explica.

Sin embargo, el temor de los ganaderos nacionales es que la fuerte inversión en publicidad de los trasandinos sólo sea "la punta de un iceberg" de una estrategia más decidida.

"Está claro que el ingreso de la carne argentina depende de cuán agresivos sean en materia de precios. En ese sentido, para cualquiera resulta evidente que la campaña de publicidad responde a una estrategia de mayor agresividad, por lo que tenemos que estar preparados", advierte Ricardo Pérez, presidente de Fedecarne.

A los ganaderos chilenos tampoco se les escapa que los cariocas tengan un margen amplio para dar pelea en términos de precios: sus costos de producción son 25% menores que los argentinos.

Dudas exportadoras

Ya antes de que los argentinos abrieran los fuegos, la oferta externa representaba el 47,4% del consumo total de carne de vacuno en Chile.

Según los productores nacionales, un aumento súbito de dicho porcentaje, por una baja en los precios, dejaría un claro damnificado: el incipiente desarrollo exportador ganadero chileno.

Ello porque la posibilidad de exportar depende de la solidez del mercado interno.

De un animal resulta una cantidad muy diversa de cortes y subproductos, de los que sólo algunos tienen precios tan altos que justifican su exportación, como generalmente sucede con piezas como el asiento o el filete.

En términos de rentabilidad del negocio ganadero lo que interesa es que la suma de lo que se exporta y vende en el mercado interno sea positiva para el productor.

"No sacamos nada con vender a US$ 10 mil la ton. de filete si el resto tenemos que botarlo", dice Pérez.

Para Gustavo Rojas, profesor de la U. Católica, los ganaderos hoy enfrentan el peor escenario posible pues los volúmenes exportados todavía son bajos y los precios internos tienden a la baja por la competencia proveniente del Mercosur.

Definitivamente, en el mundo de la carne la cosa está al rojo.

Por Eduardo Moraga Vásquez

Fuente: Revista del Campo. Citado en Internet www.veternet.cl (portal veterinario de Chile)