Artículos y Noticias de la Carne Argentina y el campo.
INTRODUCCIÓN
Existe un creciente interés en la Argentina y en el mundo, en definir y
caracterizar la calidad de la carne lograda bajo diferentes condiciones de
producción, debido a su impacto sobre la salud humana. Dicho interés es
particularmente manifiesto en los principales mercados internacionales en los
que la Argentina podría comercializar sus carnes. Nuestros sistemas de
producción permiten lograr carnes de alta calidad, fundamentalmente por la
elevada participación del forraje en la dieta de los animales. Surge entonces
la necesidad de una pronta caracterización de la calidad de la carne producida
en nuestro país bajo diferentes condiciones, de modo de poder resaltar las
ventajas comparativas de las carnes Argentinas en el mercado internacional.
La calidad de la carne está particularmente determinada por su composición
química, y por sus características organolépticas tales como la terneza, el
color, olor, sabor y jugosidad. El sistema de producción, el tipo de animal, el
plano nutricional ofrecido y el manejo pre y posfaena, pueden modificar
considerablemente estas características.
La composición química de la carne, particularmente la cantidad y tipo de
ácidos grasos en ella depositados, tiene importancia debido a sus efectos sobre
la salud humana. Sistemas de alimentación basados en forrajes, permiten mejorar
el tipo de ácidos grasos depositados en la carne, debido a la mayor proporción
de ácidos grasos poliinsaturados presentes en el forraje en relación a los
granos de cereales. El rumen a través de las bacterias tiene capacidad de
saturación de ácidos grasos insaturados; sin embargo como dicha capacidad no
es total, en la medida que la cantidad de ácidos grasos insaturados aportados
por el alimento sea mayor, mayor será la cantidad de estos ácidos grasos que
escapan a la hidrogenación ruminal y por lo tanto una proporción mayor podrá
ser depositada en tejido adiposo. Además los ácidos grasos depositados en la
carne sufren un proceso de desaturación parcial, el cual permite aumentar la
proporción final de ácidos grasos insaturados.
Dentro de los ácidos grasos insaturados tienen particular importancia
determinados ácidos grasos conjugados (CLA) por presentar efectos positivos
sobre la salud humana básicamente referidos a su acción anticarcinogénica.
Las pasturas contienen cantidades superiores de precursores CLA comparadas con
los granos de cereales. Además, a diferencia de dietas altas en concentrados,
el ambiente ruminal de animales en pastoreo favorece la formación de
precursores CLA. Estos precursores si bien son modificados durante su paso por
el rumen todavía son susceptibles de ser convertidos en CLA por acción
enzimática en el tejido adiposo. Por esto la carne producida en condiciones de
pastoreo, presenta una proporción mayor de CLA en su composición. Lo anterior
mejora el valor nutracéutico (terapéutico) de la carne producida en sistemas
de producción a pasto, pudiendo considerársela un alimento funcional al tener
efectos positivos sobre la salud de quienes consumen cortes magros y en
cantidades moderadas.
Las características organolépticas de la carne también son importantes en
determinar su calidad. Estas características están especialmente influenciadas
por la tasa de descenso del pH y pH final que alcance la carne. La rapidez e
intensidad con que el pH desciende luego de la faena, esta principalmente
determinada por la cantidad de ácido láctico que pueda acumularse a partir de
la fermentación anaeróbica del glucógeno muscular. Las reservas de glucógeno
son por lo tanto de suma importancia en determinar la calidad de la carne. Su
cantidad esta relacionada con el tipo de alimentación y con el nivel de estrés
antes de la faena.
Dietas con altas concentraciones de energía tales como las ofrecidas en el
engorde a corral (debido al elevado consumo de almidón aportado por los
granos), permiten incrementar las reservas musculares de glucógeno, debido a
una mayor disponibilidad de propionato para la gluconeogénesis y posterior
glucogenogénesis a nivel muscular. Sin embargo, la suplementación con granos
de cereales de animales en pastoreo durante su etapa de terminación, permite
almacenar suficientes reservas de glucógeno como para lograr adecuados
descensos de pH.
Es importante minimizar el estrés de los animales antes de la faena, debido a
que en esta condición los animales hacen un uso rápido de las reservas
hepáticas de glucógeno para luego comenzar a movilizar el glucógeno muscular
como fuente rápida de energía.
Muchas veces, los esfuerzos por producir carnes de buena calidad pueden no
generar el resultado esperado si las condiciones de manejo de los animales antes
de la faena no resultan optimas. Si bien en todos los casos los animales sufren
algún grado de estrés previo a la faena debido a la ruptura de su orden
social, condiciones de transporte, descanso en el frigorífico etc., las
condiciones en que estos procesos se llevan a cabo pueden desencadenar niveles
de estrés marcadamente diferentes.
El tiempo de ayuno previo a la faena es otro factor que afecta las reservas de
glucógeno muscular. Sin embargo, en rumiantes su importancia es menor que en
otras especies debido al mayor volumen de su tracto digestivo, lo que permite
continuar con la digestión del alimento, incluso varias horas después de la
última ingesta.
Por lo tanto, altas reservas de glucógeno generadas por la participación de
grano en la dieta como suplemento, en la etapa final del engorde, minimizando el
estrés de los animales antes de la faena, permitirán disponer de altas
reservas de glucógeno muscular susceptibles de ser transformado en ácido
láctico. Esto permitirá que el pH descienda rápidamente hasta niveles
compatibles con una adecuada conservación de la carne.
Las consecuencias mas comunes de un pobre manejo pre faena son la presentación
de carnes oscuras, firmes y secas. Este síndrome normalmente se presenta cuando
el pH de la carne se estabiliza en valores por encima de 6.
El color de la carne es uno de los principales criterios por los que los
consumidores compran o no este alimento. El color esta marcadamente influenciado
por el grado de interacción de la mioglobina con el oxigeno. Bajos pH
determinan un mayor grado de asociación, lo que genera un color rojo intenso en
lugar de colores rojos opacos menos deseables, producto de un menor nivel de
oxidación de la mioglobina.
La terneza es otra característica influenciada por el pH final de la carne y la
velocidad con que se alcanza el mismo. Lo anterior se debe a que las enzimas
responsables de la degradación de las fibras musculares y tejido conectivo
están marcadamente influenciadas por el pH y la presencia de calcio. Dos son
los principales complejos enzimáticos responsables de la cesación del rigor
mortis. El primero es el conjunto de proteasas ácidas cuya actividad es mas
importante a pH bajos. Mayor importancia relativa presenta el complejo de las
calpaínas cuya actividad es máxima cerca de la neutralidad ( pH cercano a 7).
Las calpaínas normalmente son inhibidas por otro grupo de enzimas, las
calpastatinas. Una vez agotadas las reservas energéticas de las células
musculares luego de la muerte del animal, comienza a liberarse calcio desde el
retículo sarcoplásmico y mitocondrias al citoplasma celular. El calcio impide
que las calpastatinas sigan inhibiendo a las calpaínas, por lo que estas
últimas comienzan a degradar la proteína muscular y empieza el proceso de
tiernización o maduración de la carne.
La temperatura con que la carne es conservada es particularmente importante.
Entre los 0° y 40° C, la actividad enzimática se duplica por cada 10° C de
aumento en la temperatura de conservación. Esto hace que a 10° C la carne
pueda madurar adecuadamente en 4 días, mientras que conservada a 1° C para
alcanzar el mismo punto de maduración se necesitarían 10 días.
La actividad enzimática también es afectada por la raza. Las razas índicas se
caracterizan por presentar una actividad enzimática inferior a las razas
británicas, por lo que estas últimas presentan mayor actividad proteolítica y
mayor terneza.
A su vez la terneza es afectada por el grado de compactación con que son
empaquetadas las fibras musculares. En la medida que el pH es mas bajo, menor es
la capacidad de retención de agua de las proteínas musculares, lo que
determina un empaquetamiento menos compacto, dejando mayor espacio entre las
fibras musculares y consecuentemente mayor terneza.
El ritmo de ganancia de peso de los animales previo a la faena, es otro factor
que afecta la terneza. Altas ganancias de peso producen una mayor velocidad de
recambio proteico a nivel muscular. Por esto, elevadas ganancias diarias
determinan mayor cantidad y actividad de las enzimas responsables de la
degradación de las fibras musculares y por lo tanto se logra mayor terneza. A
su vez el colágeno que rodea a las fibras musculares condiciona en gran medida
la terneza de la carne debido a su alta resistencia. Frente a altas ganancias de
peso, el mismo presenta una mayor solubilidad producto de este mayor recambio
proteico, lo cual contribuye a una mayor terneza.
El grado de jugosidad depende también del pH final que alcance la carne. Altos
pH determinan menor desnaturalización proteica y que el mismo se encuentre
próximo o por encima del punto isoeléctrico de las proteínas. Ambos efectos
generan una mayor afinidad de las proteínas musculares por el agua, con lo que
liberaran menos cantidad de liquido durante su cocción e ingesta, dando la
sensación de carne seca. Por el contrario, pH más bajos reducen la afinidad de
las proteínas de la carne por el agua lográndose una mayor capacidad de ceder
líquidos durante la degustación de la misma.
Bajas reservas de glucógeno, o malas condiciones prefaena, también pueden
afectar el tiempo en el que la carne puede conservarse apta para el consumo. Lo
anterior se debe a que bajas reservas de glucógeno minimizan el desarrollo de
bacterias productoras de ácido láctico, favorecen el desarrollo de bacterias
que degradan péptidos y proteínas cuyos productos de desecho generan mal olor
en la carne y aceleran el proceso de putrefacción. A su vez este tipo de carnes
presenta valores relativamente altos de pH con lo cual se ve favorecido el
desarrollo bacteriano, comprometiendo la inocuidad del producto.
El sistema de producción es clave en definir la composición química de la
carne y su pH final, aspectos claramente relacionados con la calidad de la
carne. Nuestros sistemas de producción permitirían lograr carnes con un
excelente perfil de ácidos grasos, y una suplementación estratégica antes de
la faena, junto con medidas de manejo que minimicen el estrés de los animales,
permitirían lograr niveles de glucógeno muscular que aseguren adecuados
descensos de pH como para lograr un adecuado color terneza y jugosidad de la
carne.
En INTA-Balcarce desde el año 1999 se están evaluando los efectos del sistema
de alimentación (engorde a corral o pastoreo) y el nivel de grano en la dieta
(alto y bajo) sobre la composición química de la carne, particularmente sobre
su contenido de CLA. Además estas comparaciones están siendo realizadas sobre
animales de dos frames contrastantes. Estos trabajos se están realizando a
través de un Proyecto Nacional del INTA con base en Balcarce y a través de dos
Proyectos Pict de la ANPCYT.
SISTEMAS EN PASTOREO
En condiciones de pastoreo se evaluó el efecto de la suplementación
otoño-invernal al 1 % del peso vivo con silaje de grano húmedo o silaje de
planta entera de maíz (Tabla 1) sobre la ganancia de peso vivo (GDPV), espesor
de grasa dorsal y la composición química de la carne.
Tabla 1: Composición porcentual de las dietas de alta y baja concentración
energética
en engorde a corral y en pastoreo.
La pastura utilizada fue una mezcla de raigrás, cebadilla, pasto ovillo y
trébol rojo. El tipo de suplemento no modificó la GDPV; sin embargo en los
animales de menor biotipo la suplementación con grano generó tasas de
engrasamiento marcadamente superiores en relación a los suplementados con
silaje (Tabla 2).
Tabla 2: Caracterización del crecimiento de los animales producidos en
condiciones de pastoreo.
La suplementación con silaje de grano húmedo de maíz en animales de biotipo
chico mostró ser más efectiva en aumentar la concentración de CLA en la carne
(1.07 vs 0.8 g de CLA/100g de ácidos grasos totales) cuando las evaluaciones
fueron hechas al finalizar la suplementación otoño-invernal (3 meses). Sin
embargo, estas diferencias en la concentración de CLA se pierden si los
animales dejan de ser suplementados y se los termina en condiciones de pastoreo
(Tabla 4).
Tabla 4: Composición química de la carne producida en condiciones de
pastoreo con suplementación otoño invernal.
Al evaluarse las concentraciones de CLA sobre animales de mayor frame, no se
encontraron diferencias en la concentración de CLA entre ambos tipos de
suplementos. Pero las concentraciones de CLA en animales de mayor frame fueron
más altas que las obtenidas en animales de menor frame (Tabla 4).
Resulta interesante destacar que la carne producida en condiciones de pastoreo
presentó proporciones §Ù6 / §Ù3 notablemente inferiores a las registradas
en condiciones de engorde a corral y óptimas para la prevención de
enfermedades cardiovasculares.
SISTEMAS DE ENGORDE A CORRAL
En sistemas de engorde a corral se ofrecieron dos dietas de concentración
energética contrastantes (Tabla 1) y se evaluó la respuesta de los animales a
través del aumento diario de peso vivo, espesor de grasa dorsal y composición
química de la carne producida.
Tabla 3: Caracterización del crecimiento de los animales producidos en
condiciones de engorde a corral FGB
Como puede observarse en la tabla 3 el tipo de alimento ofrecido no modifico
significativamente la GDPV ni el espesor de grasa dorsal. Cuando se evaluó el
efecto del biotipo, los animales de mayor frame lograron mayores GDPA, pero
tuvieron una menor tasa de engrasamiento que los animales de menor tamaño, por
lo que su tiempo de engorde y peso de terminación fue mayor. Los resultados
preliminares indican que en dietas basadas en silo de maíz de planta entera la
concentración de CLA en la carne disminuye en la medida que el nivel de grano
en la ración aumenta (Tabla 5).
Tabla 5: Composición química de la carne producida en engorde a corral o en
pastoreo.
Estos efectos se han evaluado sobre animales de diferente frame los que
parecerían comportarse de la misma manera frente a incrementos en la cantidad
de grano ofrecida.
Lo anterior podría deberse a que dietas con menor participación de grano y
mayor proporción de silaje de maíz generarían un ambiente ruminal más
propenso para la formación de precursores de CLA. Por otra parte, ambas dietas
(bajo y alto nivel de grano) utilizadas en el engorde a corral generaron
animales con relaciones §Ù6 / §Ù3 perjudiciales para la salud humana por
superar el rango 4 recomendado para prevenir enfermedades cardiovasculares
(Tabla 5).
Ensayos similares fueron realizados en otros países del mundo. Williams y col
(1983), realizaron un ensayo para evaluar los efectos del sistema de
alimentación sobre la calidad de la carne y también sobre la composición
lipídica de la misma. En este ensayo novillos Brangus x Hereford x Angus fueron
terminados en una dieta alta en grano o en un programa forrajero compuesta por
pastura de trigo en invierno y sorgo sudán y pasto bermuda en verano. La faena
fue fijada de acuerdo a cuando los novillos a grano lograban un grado low choice
y los pastoriles con un grado high good. Los resultados se presentan en la Tabla
6.
Tabla 6. Características de la carcasa en novillos terminados a pasto o en
encierre a corral basado en granos
* 9= trazas, 12= apenas, 15= poco
** 9= low Good, 12= low Choice
Peso de carcasa, rendimiento, espesor de grasa, marmolado, y grado de
calidad, fueron mayores en los animales a grano mientras los tejidos blando de
novillos terminados a pasto contienen más proteína y menos grasa. Respecto a
la composición de lípidos, un menor porcentaje de ácido esteárico y una
mayor proporción de ácido oleico significaron una mayor insaturación de los
tejidos blando en animales alimentados a pasto comparados con los del encierre
con granos (Tabla 7)
Diferencias en el contenido y composición de los lípidos de la dieta pastoril
comparada con la dieta basada en granos explicarían las diferencias en la
composición de la grasa de la carne producida en ambos sistemas.
Tabla 7. Composición lipídica de tejidos blandos en novillos terminados a
pasto o en confinamiento con granos.
a,b, Números con diferentes letras difieren significativamente - Williams y
col, 1983
Se comprobó que el forraje proveniente de pasturas templadas de calidad
tienen un mayor contenido de lípidos y con una mayor proporción de ácidos
grasos insaturados, principalmente ácido linolénico, que los granos y el
silaje de maíz. Además de su mayor contenido de lípidos, los forrajes frescos
tiene una mayor proporción de ácidos grasos insaturados comparados con los
granos o los forrajes conservados (Rearte, 1985).
Los resultados presentados han sido comparaciones de la calidad de la carne en
novillo terminados totalmente a pasto o en confinamiento con granos, pero en
realidad estas no son las prácticas más comunes entre los productores de
nuestro país. En la región templada si bien las pasturas constituyen la base
de la dieta, el grano es generalmente suplementado, cuando la disponibilidad de
las pasturas es limitante o durante la fase de terminación de los animales, no
en grandes cantidades como en el feedlot sino en cantidades pequeñas
suplementando al pasto.
Para analizar los efectos de la suplementación con grano en pastoreo, sobre las
características de la carcasa y la calidad de la carne, un ensayo fue realizado
por Rosso y col. (1998). En este trabajo 80 terneros de destete Angus
pastoreando pasturas de trébol blanco, trébol rojo, pasto ovillo y raigrás
fueron distribuidos en tres tratamientos. Un grupo de animales, tuvieron pastura
como único componente de la dieta hasta la faena. Otro grupo pastoreaba la
misma pastura pero eran suplementados con maíz (1 % PV) durante el otoño e
invierno, y el tercer grupo estaba también en pastoreo pero suplementado con
maíz durante el otoño e invierno, interrumpido en primavera y suplementado
nuevamente en verano previo a la faena. Un cuarto tratamiento fue incluido con
novillos alimentados a corral con granos durante todo el ciclo. Los resultados
se presentan en la Tabla 8.
Tabla 8. Performance animal, características de la carcasa y calidad de
carne en novillos en
pastoreo suplementados con granos en distintos momentos del ciclo.
Como se esperaba, novillos alimentados a corral tuvieron las más altas
ganancias de peso, seguido por los grupos suplementados. Como consecuencia de
estas diferencias solo los novillos a corral alcanzaron todos el peso de faena a
los 216 días. Después de 294 días de pastoreo solo 25 % de los novillos a
solo pasto pudieron ser faenados mientras que un 65 % de los novillos
suplementados en otoño-invierno y un 74 % de los suplementados en
otoño-invierno-verano estuvieron terminados.
Acerca de las características de la carcasa, el rendimiento fue mayor en los
animales a corral y en los suplementados otoño-invierno-verano comparados con
los otros dos grupos. Si bien los novillos a corral tuvieron una mejor
performance que los novillos en pastoreo (mayor peso de carcasa, mayor rinde, y
mayor área ojo de bife), dichos parámetros mejoraron cuando los animales en
pastoreo eran suplementados con granos.
La carne producida a pasto además de tener una menor concentración de grasa y
de colesterol, tuvo un mayor contenido de ácido linolénico omega-3 y una menor
relación de ácidos linolénicos omega-6/omega-3. El ácido linolénico de las
pasturas sería la fuente de estos ácidos insaturados conjugados de la carne.
La importancia de estos ácidos reside en la correlación que existe entre una
baja relación de estos ácidos y las posibilidades de reducir los riesgos de
las enfermedades cardíacas.
A pesar de que existen evidencias de que el consumo de pasto incrementa la
relación de AGPI (Ácidos Grasos Poli-insaturados) n-3/AGPI n-6, varios
estudios confunden los efectos de la dieta con las efectos de los pesos de faena
o el grado de terminación. En estos trabajos, debido a un mayor consumo
energético asociado a la dieta con concentrados y al ser evaluados en períodos
similares de tiempo, los animales alimentados con granos fueron más pesados y
con carcasas más engrasadas que los alimentados a pasto. A medida que los
animales engordan una proporción creciente de la grasa depositada lo hace como
AGMI (Leat, 1978). Por lo tanto, cambios en gordura debido a diferencias en el
consumo de energía pueden confundir los efectos de la dieta sobre la
composición en ácidos grasos de la grasa intramuscular.
Para evitar estos efectos confundidos, French y col. (2000) realizó un ensayo
con el fin de evaluar los efectos de la dieta sobre la composición de la grasa
intramuscular en novillos con similares ganancias de peso. Relacionado a la
composición en ácidos grasos y sus efectos en la salud humana, las grasas de
los rumiantes son importante fuente de isómeros de ácidos linoleicos
conjugados (CLA), principalmente los isómeros cis-9-trans-11(Chin y col, 1992)
los que se originan en la hidrogenación microbiana en rumen de los ácidos
linoleicos y linolénicos de la dieta (Kepler y Tove, 1967). Estos CLAs están
siendo reconsiderados por sus comprobadas propiedades anticancerígenas y
antiterogénicas tanto en animales de laboratorio como en humanos.
Cincuenta novillos cruzas continentales fueron utilizados durante 85 días de
alimentación con las siguientes dietas experimentales: SC silaje de pastura a
libitum más 4 kg de concentrado, CO 8 kg concentrado más 1 kg heno, CG 6 kg
forraje pastoreado (MS) más 5 kg concentrado, GC 12 kg forraje pastoreado más
2.5 kg concentrado y GO 22 kg forraje pastoreado.
Los resultados (Tabla 9) muestran que los pesos de las carcasas y las ganancias
diarias de peso fueron, tal cual lo planeado, similares en todos los
tratamientos, sin que halla efectos de los tratamientos en la concentración de
proteína y grasa en el músculo longissimus estudiado.
Tabla 9. Composición química del músculo Longissimus y composición en
ácidos grasos de la grasa
intramuscular en novillo alimentados con distintos niveles de concentrado.
a,b,c, Números con distintas letras difieren significativamente
g/100 g metilester de ácidos grasos
AGS: Ácidos Grasos Saturados; AGMS: Ácidos Grasos Mono-saturados; AGPI:
Ácidos Grasos Poli-insaturados
Con respecto al perfil de ácidos grasos, la disminución de concentrado en
la dieta, causó una disminución lineal en la concentración de AGS en la grasa
intramuscular. Este descenso en los AGS de la grasa sería causado por una
reducción en las concentraciones de los AG 16:0, lo que refleja la menor
concentración de estos ácidos en el pasto con respecto al silaje y al
concentrado.
Novillos alimentados a solo pasto tuvieron una mayor concentración de AGPI en
la grasa que los otros grupos.
La relación de AGPI:AGS en grasa fue linealmente incrementada a medida que el
consumo de concentrado en la dieta disminuía.
No hubo efectos de los tratamientos sobre la concentración de los AG §Ù -6,
pero la disminución del consumo de concentrado aumentó la concentración de AG
en la grasa y en consecuencia también la relación AG §Ù -6/ §Ù 3 se vio
disminuida. El consumo de AGPI §Ù 3 fue mayor en los animales sobre pastura
debido a la mayor concentración del AG 18:3 en el pasto comparado con el
concentrado.
CONCLUSIÓN
Con los conocimientos logrados hasta el presente se puede concluir que la
calidad y el valor nutricional de la carne producida en los sistemas de la
región templada pueden presentar ciertas ventajas comparada con la carne
producida en sistemas confinados en base a grano. Sobre pasturas de alta calidad
y con un correcto manejo, puede lograrse una alta performance animal sin afectar
la composición de la carcasa ni las características organolépticas de la
carne producida. Desde la perspectiva de la nutrición humana, el contenido de
grasa de las carnes puede ser reducido y la composición de sus ácidos grasos
mejorados cuando el principal componente de la dieta lo constituye el forraje de
calidad que proveen las pasturas templadas.
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